EL PEQUEÑO GIGANTE
En las frías llanuras invernales del norte, junto a las corrientes del rio que desemboca en el mar, un pequeño árbol creció, era diferente a los demás a su edad podía mirarse en sus corteza las cicatrices de sus luchas pasadas con el clima, tenía más de un siglo de vida y se mantenía firme con fortaleza e inmovible aferrado a seguir viviendo hasta las ultima tarde en que se seque y muera.
Al pasar los años el pequeño árbol tuvo que enfrentar torrentes, vientos, lluvias, frio, calor, nieve durante gran parte de su vida, pero permaneció firme sin titubear fundamentado en la roca inconmovible, alimentándose del rio de aguas cristalinas que refrescaban sus raíces y hojas, batalla tras batalla fue venciendo a cada una de ellas, llevando las victorias en su bellas ramas frondosas como trofeos de su reinado; donde la aves encontraban la seguridad haciendo sus hogares donde encontraban un refugio a los estragos de los vientos, la nieve y la lluvia.
¿Me pregunto cuál es la razón de permanecer firme y vivo de este pequeño gigante?
La jornada del cristiano es vivir una vida de batalla tras batalla, siendo astuto para preparar su casa ante la llegada de tormentas, las circunstancias del cada día, es salir a un mundo donde las trampas del cazador que quiere devorar a todos, están regadas por todo el mundo, estas trampas de pecado están puestas para aquellos que son esforzados en buscar las cosas de Jesús, pero en Jesús encontramos la fortaleza constante; alentándonos a ser hábiles para salir a este mundo anunciando el mensaje que rescata de las trampas a todos aquellos que están prisioneros del pecado, nuestra tarea al igual que aquel pequeño árbol, es permanecer fiel a los mandamientos del señor para poder ser bendición, siendo arboles dignos del señor trayendo el mejor fruto atreves de los días, meses y años que el altísimo nos permite vivir; la palabra de Dios nos enseña estad en obediencia: Hijo mío, no te olvides de mi ley y tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de días y años tu vida y paz te aumentara. Nunca se aparte de ti al misericordia y la verdad átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón y hallaras gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres (Proverbios 3: 1-4)
Solo en Dios podemos crecer y vencer a los problemas, circunstancias de la vida, aun mas resistir a todo, el mismo Dios nos ha provisto del poder necesario en su nombre; para echar fuera toda potestad de maldad, seamos pues dignos aferrados a la roca que es Jesús que las raíces de nuestro corazón se entretejan con el corazón de Jesús llevando en nuestras vidas las cicatrices de la batallas que enfrentamos por amor a aquel que Dios su vida en cruz por nosotros y nuestras vidas sean regadas por las aguas vivas que nunca se agotara saciando nuestro ser.
Nuestras ramas se fortalecerán en fe, amor, paz, templanza, mansedumbre, bondad, que son el alimento para que demos frutos agradables al señor, la tarea a al cual hemos sido llamados, plantar en los corazones la semilla de la cruz, la cual nos a mantenido firmes cada momento, mientras vivamos atendamos con pasión la jornada de dar fruto hasta que nuestras ramas estén repletas de ellos, como testimonio de hijos de Dios perseverando en ruego y clamor para que el propósito del amado de Israel sea consumado en nuestra vidas.
Al pasar los años el pequeño árbol tuvo que enfrentar torrentes, vientos, lluvias, frio, calor, nieve durante gran parte de su vida, pero permaneció firme sin titubear fundamentado en la roca inconmovible, alimentándose del rio de aguas cristalinas que refrescaban sus raíces y hojas, batalla tras batalla fue venciendo a cada una de ellas, llevando las victorias en su bellas ramas frondosas como trofeos de su reinado; donde la aves encontraban la seguridad haciendo sus hogares donde encontraban un refugio a los estragos de los vientos, la nieve y la lluvia.
¿Me pregunto cuál es la razón de permanecer firme y vivo de este pequeño gigante?
La jornada del cristiano es vivir una vida de batalla tras batalla, siendo astuto para preparar su casa ante la llegada de tormentas, las circunstancias del cada día, es salir a un mundo donde las trampas del cazador que quiere devorar a todos, están regadas por todo el mundo, estas trampas de pecado están puestas para aquellos que son esforzados en buscar las cosas de Jesús, pero en Jesús encontramos la fortaleza constante; alentándonos a ser hábiles para salir a este mundo anunciando el mensaje que rescata de las trampas a todos aquellos que están prisioneros del pecado, nuestra tarea al igual que aquel pequeño árbol, es permanecer fiel a los mandamientos del señor para poder ser bendición, siendo arboles dignos del señor trayendo el mejor fruto atreves de los días, meses y años que el altísimo nos permite vivir; la palabra de Dios nos enseña estad en obediencia: Hijo mío, no te olvides de mi ley y tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de días y años tu vida y paz te aumentara. Nunca se aparte de ti al misericordia y la verdad átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón y hallaras gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres (Proverbios 3: 1-4)
Solo en Dios podemos crecer y vencer a los problemas, circunstancias de la vida, aun mas resistir a todo, el mismo Dios nos ha provisto del poder necesario en su nombre; para echar fuera toda potestad de maldad, seamos pues dignos aferrados a la roca que es Jesús que las raíces de nuestro corazón se entretejan con el corazón de Jesús llevando en nuestras vidas las cicatrices de la batallas que enfrentamos por amor a aquel que Dios su vida en cruz por nosotros y nuestras vidas sean regadas por las aguas vivas que nunca se agotara saciando nuestro ser.
Nuestras ramas se fortalecerán en fe, amor, paz, templanza, mansedumbre, bondad, que son el alimento para que demos frutos agradables al señor, la tarea a al cual hemos sido llamados, plantar en los corazones la semilla de la cruz, la cual nos a mantenido firmes cada momento, mientras vivamos atendamos con pasión la jornada de dar fruto hasta que nuestras ramas estén repletas de ellos, como testimonio de hijos de Dios perseverando en ruego y clamor para que el propósito del amado de Israel sea consumado en nuestra vidas.
Publicaciones Vive para Jesús una esperanza para tu vida
Que Dios te bendiga amado hermano (a)
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